M. M.

13 KILOS MENOS

Desde que entré en la adolescencia, mi talla siempre había sido una 40, pero en los últimos años me había ido despistando y ganado kilos poco a poco, hasta acostumbrarme a usar una 42 y ver como normal rondar los 70 kilos en la báscula. En mi casa no entraban los caprichos del tipo patatas fritas o chocolates porque no quería añadir calorías extra, pero de todos modos había alimentos que me perdían como por ejemplo la pasta. Para mí era algo muy recurrente llegar por la noche cansada y estresada por el trabajo y prepararme un buen plato de pasta, rápido de cocinar, rico y que sentía como mi premio después de un día duro. Aunque no representara un gran problema para mí, en el fondo sabía que estaba por encima de mi peso así que en Septiembre de 2013 visité la consulta de Ylenia con la idea de perder 5 kg. Después de pesarme me dijo que para estar en mi peso debería perder al menos 10 kilos.

Para mí fue un choque, sabía que necesitaba perder peso, pero no imaginaba tanto. Inmediatamente me puse manos a la obra. El comienzo fue muy duro. Recuerdo que empecé la dieta un fin de semana, para poder estar en mi casa tranquila. La primera semana fue muy dura y en especial las primeras 48 horas. Ese fin de semana me sentía muy débil, cansada y mareada, pero sabía que era normal. Durante los primeros días el cerebro te bombardea con imágenes de comida, pues en realidad estás sufriendo un síndrome de abstinencia de alimentos que provocan adicción, como azúcares e hidratos. Pero pasada esa primera semana entras en una rutina de alimentación saludable en base a 5 comidas diarias basadas en fruta, verdura y proteínas, es decir, alimentos saludables de toda la vida, sin pastillas o suplementos raros, lo que me gustó mucho, pues se trata simplemente de comer bien.

Es decir, se trata de ser más conscientes de lo que comemos y aprender a comer correctamente. Además, hay que acompañar la dieta de hidratación, caminar al menos 30' al día y tener constancia. Simplemente, hábitos de vida saludables que a la larga nos van a beneficiar y permitir vivir mejor. No es un camino fácil y es esencial no autoengañarse. A veces se flaquea pero siendo consciente de que te has equivocado, es importante volver inmediatamente al camino correcto. Es un camino de aprendizaje, donde lo más duro es al principio, pero luego seguir la dieta se vuelve algo rutinario y la haces sin plantearte nada más y sin apenas echar de menos nada. También descubres que hay alimentos riquísimos dentro de la dieta y que no necesitas comer tanta cantidad para sentirte bien.

Así, en aproximadamente 4 meses perdí 13 kilos. Desde el primer momento empecé a notar los resultados y eso me animaba a seguir bajando, así que moví mi objetivo de los 10 iniciales a los 13 kilos finales. Ahora sigo en mantenimiento y soy consciente de que esto es para toda la vida, porque me ha costado mi esfuerzo y quiero cuidarlo y seguir así. Me cuido sin obsesionarme y se me ha quitado la adicción por ciertos alimentos, simplemente porque sé que me enganchan. Me sigue gustando la pasta igualmente, pero ya apenas la como porque no siento verdadera necesidad por hacerlo y jamás la como de noche. Me veo más guapa, estoy más contenta conmigo misma porque sé la trayectoria que he llevado y a día de hoy puedo ponerme la ropa que quiera. En cuanto a la salud no he notado grandes cambios porque antes no me sentía especialmente cansada o mal pero soy consciente de que el sobrepeso es un problema de salud grave que hay que controlar.

Recomiendo la profesionalidad y el apoyo constante de Ylenia, que fue una ayuda esencial durante todo el proceso. Otra cosa que me gustó de su método fue la posibilidad de hacerle consultas por email, que siempre me respondió muy rápido. Durante la dieta siempre van a surgir muchas dudas (lo cual es muy bueno, porque quiere decir que estás aprendiendo en el proceso) y es importante saber que estás respaldada por una profesional que te apoya y se preocupa por ti.